Quién no ha entrado en una iglesia en verano y ha dicho “uy, qué fresquito se está aquí”? Es muy agradable, pero en invierno, ¿qué? Antiguamente, sitios como iglesias, castillos y otros edificios históricos se calentaban a golpe de braseros y chimeneas, tapices para las paredes y gruesas cortinas. Fueron construidos para actividades diferentes. Dicen que el Palacio de Versalles fue diseñado para que en algunas salas hiciera tanto frío que se helara la bebida. Algo muy chic en su momento, pero que hoy no queremos.
Quitando las iglesias, es típico que un castillo, palacio o edificio civil antiguo acabe como museo, hotel o salón de actos diversos. Eso está bien porque protegemos nuestro patrimonio y le damos un nuevo uso. Pero las necesidades de hoy, la forma de usar los espacios y las zonas y las exigencias legales no tienen nada que ver con la arquitectura y los usos antiguos. Habitaciones auxiliares, recámaras, salones, pasillos, escaleras de caracol, techos altísimos, claraboyas, ventanales, balconadas… y todo combinando tamaños enormes y pequeños. ¿Cómo calentar todo eso eficientemente? ¿Nos resignamos a pagar un dineral en calefacción anticuada e ineficaz? ¿No es suficiente la restauración del edificio, ya que encima tenemos que pagar una mala calefacción? Pues, para eso está la calefacción de bajo consumo con tubo radiante a gas.
Sí, esa calefacción. La que se asocia a usos industriales, talleres o almacenes. ¿Tubo radiante a gas en bonitos edificios históricos? Sí, y por motivos fundados:
- Porque es una eficiente calefacción de bajo consumo que ahorra mucho dinero en combustible.
- Porque es perfecta para las grandes salas y naves de iglesias y palacios, que son amplias y suelen tener mucha altura.
- Porque gracias a su baja inercia térmica combate las típicas corrientes de aire que hay por esos viejos pasillos y permite calentar, aunque haya puertas abiertas.
- Porque su versatilidad permite dirigirla a los espacios estrictamente necesarios y rincones que se desee, sin que haga falta calentar todo el espacio de los edificios históricos para sentirse a gusto.
- Porque es programable. No hace falta encenderlo con horas de antelación porque su efecto es inmediato. Controlar estrictamente la temperatura y cómo se dirige el calor protegerá a las obras de arte del exceso de calor y los cambios bruscos de temperatura.
- Porque genera un calor agradable perfecto para trabajadores y visitantes. Confort genera bienestar y eso atrae más visitas.
- Porque es estéticamente muy discreto, no estorba a la vista y es más silencioso que otros sistemas de calefacción. “¿Eso es un calefactor? Pensaba que era una lámpara”.
- Porque es limpio y no emite molestas cenizas, que, además, pueden estropear las obras de arte.
¿Sigues pensando que la calefacción de bajo consumo con tubo radiante es solo para naves industriales? ¡Apúntate al bienestar en los edificios históricos! Pero supongo que te estás haciendo una pregunta … ¿Cómo funciona la calefacción de tubo radiante y porque se considera de bajo consumo?
Pero ¿Cómo funciona un tubo radiante a gas, para poder calentar edificios históricos?
Un tubo radiante esta compuesto por un quemador de gas (gas natural, G.P.L., gas ciudad, biogas, etc.) que esta conectado a un tubo amisor de acero recto o acodado en forma de “U” en cuyo interior se produce la combustión del gas en temperaturas cercanas a 400-500º aproximadamente. El tubo radiante también incorpora un extractor de humos que fuerza a los gases provenientes de la combustión al exterior. Esto hace que sea una combustión estanca. Los tubos radiantes cubren longitudes de 6, 9 y 12 metros lineales, calefactando así grandes areas. Más información sobre nuestros sistemas de calefacción de bajo consumo aquí.
Se estudiaron varias opciones de calefacción industrial para conseguir unos agradables 15-16 ⁰C. Una temperatura perfecta cuando se hace trabajo físico, como en un almacén o una línea. La decisión fue sustituir las ineficientes unidades de calefacción por aire forzado por 28 dispositivos de calor infrarrojo por tubo radiante a gas, situados a siete metros de altura.
Desde el primer momento, el sector empezó a disfrutar de un calor agradable. Este tipo de calefacción proyecta directamente en los empleados el mismo tipo de calor que el que recibimos del sol. Su efecto se siente de inmediato y es altamente eficiente. La sensación de confort no depende de tener que calentar todo el inmenso volumen de aire de la nave industrial, sino que afecta a la zona en la que está instalado. Esta propiedad del calor radiante explica su baja inercia térmica: la rápida recuperación de calor ante las corrientes de aire. Además, es flexible en su funcionamiento y posición y programable, según las necesidades del momento y de la zona.
Este cambio de calefactores ha ahorrado a la compañía un cuarto de millón en combustible y electricidad. El rotundo éxito provocó la instalación de eficientes tubos radiantes en la zona de recepción y expedición de pedidos del almacén auxiliar de 35.000 m2. ¡Lógico!
¿Por qué se trata de un sistema de calefacción de bajo para naves industriales, almacenes y centros logísticos?
- Ahorro energético
El ahorro energético medio es del 30% aunque este dependerá sobre todo del tipo de espacio que se dessee calentar. Cuando se trata de espacios con techo muy altos, el ahorro energético puede llegar al 50%. Además también supone un ahorro energético en espacios donde las puertas siempre estan abiertas. - Calor que irradia
Tal y como hemos expuesto anteriormente, el calor se genera y se mantiene a nivel del suelo. Los niveles de estratificación son muy bajos en compración con otros sistemas de calefacción. - Calefacción por zonas
Es posible calentar zonas concretas de forma eficaz. Por lo cual podrás calentar solo aquellas estaciones de trabajo que estén activas ofreciendo a los trabajadores un sensación de confor inmediata e inmejorable. - Calienta inmediatamente
Lo tubos radiantes no necesitan ser encendidos horas antes de que empiece la jornada. - Inercia térmica reducida
Ante cualquier apertura de puertas es posible recuperar rapidamente el calor perido en comparación con sistemas de calefacción de aire caliente. - Temperatura interior confortable
Debido a que el tubo radiante ofrece calor inmediato a las personas, objetos, suelo y el aire ofrece una sensación agradable parecida a la producida por el sol. - Ausencia de movimiento de aire
No son necesarios grandes y ruidosos ventiladores. Los tubos radiantes son muy silenciosos y no genera corriente de aire que muevan polvo y partículas en suspensión.
En Bioaire somos especialistas en calefacción industrial de bajo consumo para naves industriales, así como en talleres o consecionarios de automóviles. Si deseas más información y deseas recibir un presupuesto sin compromiso no dudes en contactar con nosotros.