Calefacción de bajo consumo para naves industriales
Naves industriales, fábricas, almacenes, centros de distribución, pabellones, etc. tienen tres cosas en común: son grandes espacios, hay gente trabajando en ellos e instalar una calefacción realmente útil vale un ojo de la cara. ¿Hay alguna manera de que la calefacción en la nave industrial sea efectiva? ¿Es posible una calefacción de bajo consumo en las grandes instalaciones? Y tanto que lo es.
El sistema de calefacción por tubo radiante a gas funciona perfectamente en establecimientos pequeños, pero es en los grandes espacios donde puede dar su mejor cara, donde mejor demuestra sus posibilidades. Lo que para los sistemas de calefacción convencionales es un reto difícil y costoso, para el tubo radiante es el ambiente idóneo. Grandes espacios, grandes alturas, grandes volúmenes de aire. Lugares donde el tubo radiante a gas está en su salsa. ¿Por qué?
El secreto de su éxito es el tipo de calor que emite. El calor radiado, a diferencia de otros sistemas de calefacción, se distribuye en forma de ondas partiendo del tubo encendido. Eso quiere decir que se moverá hacia donde esté “enfocado” y afectará a los cuerpos que encuentre a su paso. No se trata de calentar grandes volúmenes de aire para crear un ambiente caldeado. Se trata de calentar directamente a las personas. Los trabajadores, principalmente.
Este calor es del mismo tipo que el que recibimos del sol. Confortable y agradable. Y por su forma de difusión, es de efecto inmediato. Sumando todas estas características tenemos un sistema de calefacción realmente eficiente por estas razones:
Zonificación.
Los dispositivos se instalan allí donde quieras calentar. No hace falta climatizar todo el edificio para sentir sus efectos. Como su calor se nota enseguida, no gastarás combustible en tener la calefacción encendida horas antes de que llegue el personal. Y como los dispositivos son independientes y actúan por zonas, no tendrás que encenderlos en los espacios en los que no hay nadie trabajando.
Uso flexible.
Las diferentes zonas de trabajo necesitarán distintas temperaturas y eso se puede calibrar con el tubo radiante. No son iguales las necesidades de la zona de oficinas que las de la zona en la que se hace trabajo físico.
Baja inercia térmica.
Portones abiertos y corrientes de aire… ¿y qué? El calor del tubo radiante se recupera enseguida. Eso permite que las zonas de carga puedan abrirse y cerrarse sin temer que todo el calor acumulado se pierda durante horas.
Rapidez, zonificación, comodidad y estabilidad.
Alta eficiencia: consigues mejor efecto con menos combustible. ¿Cuánto? El tubo radiante supone ahorros de un 30-70 % respecto a los sistemas de calefacción convencionales de aire forzado. Con esa carta de presentación podemos decir que la calefacción de bajo consumo en los grandes espacios es más que posible. Aún más, es imprescindible en tu empresa.
En Bioaire somos especialistas en calefacción industrial de bajo consumo para naves industriales, así como en talleres o consecionarios de automóviles. Si deseas más información y deseas recibir un presupuesto sin compromiso no dudes en contactar con nosotros.