Solemos hablar de calefacción de bajo consumo para instalaciones industriales, almacenes y otros grandes espacios, pensando, sobre todo, en el bienestar y el confort de los trabajadores y de las posibles visitas: proveedores, comerciales, transportistas o clientes. Pero hay unas instalaciones en las que, además de calentar a los currantes, es importante crear bienestar para otros implicados: los habitantes. ¿Quién habita en las instalaciones industriales? Evidentemente, si hablamos de granjas, los animales. Un caso particular es el de la calefacción de bajo consumo con tubo radiante en las granjas avícolas.
Estas grandes instalaciones se dedican, principalmente, a la cría de pollos, en cantidades de miles. Y estos animales necesitan calor para crecer en condiciones. Como cualquier bicho viviente. El problema es que el tamaño de una granja avícola implica que los sistemas de calefacción convencionales supongan un desembolso brutal. Ya que hablamos de pollos: acabas desplumado. Pero existe una alternativa de bajo consumo que es, sin duda, la solución para tu bolsillo y tus pollos. La revolución del gallinero y de las cuentas de la empresa es la calefacción por tubo radiante a gas. Y no solo por la pasta.
Además del precio, los sistemas convencionales, como los dispositivos de aire forzado, tienen otros inconvenientes que los dejan fuera de la pelea de gallos de la calefacción. Veamos:
DESVENTAJAS DE LOS SISTEMAS DE AIRE FORZADO
- El calor que emiten es expulsado horizontalmente en forma de corriente de aire. El aire caliente, simplemente, asciende a las alturas de la instalación porque así funciona la física. Lo caliente sube y lo frío baja. Al final, está más calentito el techo que el corral de los pollitos. Eso es gastar combustible en nada. Al emitir aire en movimiento, se ayuda a que las partículas de polvo, plumas y demás sustancias ligeras que haya en la instalación queden en suspensión y se muevan, aunque sea un poquito. Eso es, básicamente, remover la suciedad. Malo para la salud de los trabajadores y de los pollos.
- Con el aire caliente, los pollitos notarán una atmósfera cálida, pero el suelo que pisan, el lecho, seguirá estando frío. Ese frío “chupará” el calor de los animales por sus patas, de modo que el esfuerzo para calentarlos requerirá más calefacción.
BENEFICIOS DEL TUBO RADIENTE O CALEFACCIÓN DE BAJO CONSUMO
- Emiten un calor radiado en ondas infrarrojas, como las del Sol, que es confortable y calienta directamente a los pollitos y al suelo. Ellos estarán calentitos y el lecho no les robará ese calor a través de las patas. El aire se notará más fresco que con el sistema de aire forzado, pero los animales estarán más calientes.
- No mueve el aire. Por lo tanto, está más limpio, sin tantas partículas. Además, este sistema casi no emite residuos ni cenizas y las que se producen se expulsan fuera.
- Por la limpieza señalada, hay muchos menos residuos acumulados, lo que implica una reducción de tiempo y costes de mantenimiento del tubo radiante. No necesitará mucho más que una limpieza periódica de los reflectores y del propio tubo.
- Como la sensación de calor es inmediata y lo que importa es que la sientan los animales, no hace falta regular una temperatura tan alta como con el aire forzado. Esto reduce costes.
Además, hay bastantes indicios de que un calor constante y regulado ayuda al crecimiento de los pollitos, que, con la misma cantidad de comida, crecerían mejor y más rápido que con otros sistemas de calefacción. Es decir, el tubo radiante no es solo eficiente en consumo, sino que también multiplicaría la eficiencia total de la granja porque los productos de esta, los propios pollos, se desarrollan mejor.
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