En instalaciones de grandes volúmenes —naves industriales, pabellones y almacenes— la calefacción por tubo radiante a gas destaca por ofrecer un calor directo y focalizado, minimizando pérdidas y favoreciendo la productividad. A continuación, encontrarás un enfoque práctico que te ayudará a tomar la decisión correcta.
¿Por qué elegir tubos radiantes en tu planta?
Calor dirigido: el infrarrojo calienta superficies y trabajadores, no el aire, reduciendo el efecto “techo caliente”.
Respuesta casi instantánea: arranque rápido que estabiliza la zona de trabajo en minutos.
Consumo optimizado: gracias al gas como fuente, el coste por kWh útil es competitivo.
Mínimo mantenimiento: sin intercambiadores complejos ni refrigerantes; sólo limpieza y revisión de quemadores.
Comparativa innovadora de emisión de calor.
En lugar de la típica tabla, visualiza esta matriz de impactos (alta, media, baja) para cada criterio:
Criterio | Tubo Radiante Gas | Generador Aire Caliente | Caldera + Fan‑Coils |
---|---|---|---|
Velocidad de calor | Alta | Media | Baja |
Cobertura volumétrica | Media | Alta | Media |
Coste energético | Bajo | Medio | Alto |
Control de calidad del aire | Media | Alta | Alta |
Mantenimiento | Bajo | Medio | Alto |
Puntos clave de diseño y dimensionamiento.
Diámetro y longitud del tubo
- Tubos Ø 150–200 mm: cubren hasta 8 m de ancho de pasillo.
- Ajusta la longitud según la potencia necesaria (10–25 kW por tubo).
Altura de instalación
Entre 4 y 8 m para optimizar el cruce de rayos infrarrojos hacia el área de trabajo.
Distribución en “corredores”
Agrupa tubos en filas paralelas sobre zonas de mayor actividad (bancos de trabajo, líneas de montaje).
Control de modulación
Válvulas de gas con control por zonas o termostatos individuales para evitar sobrecalentamiento.
Buenas prácticas para una puesta en marcha perfecta.
Alineación precisa: utiliza plantillas o láser para que los tubos apunten exactamente a las áreas designadas.
Distancia mínima entre tubos: 2 m para asegurar uniformidad térmica.
Válvulas de seguridad y alarmas: comprueba las protecciones contra sobrepresión y fugas de gas.
Ventilación mínima: en áreas cerradas, garantiza salidas de aire para evacuar productos de combustión.
Revisión antes de temporada: limpieza de quemadores y comprobación de inyectores al inicio de la época fría.
Conclusión.
La calefacción por tubo radiante a gas combina rapidez, precisión y bajo coste operativo, ideal para talleres, almacenes y naves de gran altura. En BioAire dimensionamos tu sistema, instalamos con criterio ergonómico y te acompañamos con mantenimiento proactivo.
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Preguntas frecuentes (FAQs)
¿Puede instalarse con techos demasiado altos (> 10 m)?
Sí, pero se recomienda combinar con sistemas de recirculación mecánica para llevar el calor al nivel de trabajo.
¿Cuál es la vida útil de un tubo radiante a gas?
Con un mantenimiento semestral, superan los 10 años de operación continua.
¿Se puede modular la potencia de los tubos?
Sí, mediante válvulas de gas y termostatos zonales que regulan el caudal según demanda.
¿Cómo evitar la acumulación de CO₂ en interiores?
Instala extractores o rejillas de extracción que renueven aire sin afectar la temperatura.
¿Qué ahorro se logra frente a calentadores eléctricos?
Generalmente, un 40–50 % de reducción en el coste energético por kWh útil generado.