Guía para la Gestión del Agua en Climatización Evaporativa.

Gestión del agua en climatización evaporativa: purgas, legionella y buenas prácticas

La climatización evaporativa es una solución eficiente y económica para enfriar grandes volúmenes de aire en naves industriales y plantas productivas. Sin embargo, al trabajar con agua «abierta» o parcialmente expuesta —como en torres de enfriamiento, condensadores evaporativos o equipos evaporativos industriales— es imprescindible gestionar correctamente el agua: consumo, calidad, purgas, tratamiento y control microbiológico. Un plan de gestión robusto no solo reduce consumo y costes, sino que evita riesgos de salud pública (legionelosis) y cumple normativas.


Por qué el agua exige atención: los riesgos principales

  1. Crecimiento microbiológico (Legionella): Las torres y condensadores evaporativos pueden crear aerosoles que, si contienen Legionella spp., se dispersan al ambiente y representan riesgo para personas cercanas. Legionella prospera preferentemente entre 20 °C y 50 °C, y las condiciones de agua estancada, biofilm y nutrientes favorecen su multiplicación.
  2. Acumulación de sólidos y dureza: Sin control, la concentración de sales eleva la conductividad del agua, genera incrustaciones y reduce la eficacia térmica.
  3. Corrosión y vida útil: Agua con parámetros fuera de control acelera corrosión en intercambiadores y estructuras metálicas.
  4. Consumo y coste: El agua de aporte (make-up) y las purgas (blowdown) suponen gasto operativo que debe optimizarse mediante control de ciclos de concentración y tratamiento.


Principios básicos de un buen programa de gestión del agua

La experiencia técnica y las normas convergen en un enfoque claro: prevención, control y monitorización. Los elementos mínimos son:

  1. Evaluación de riesgo inicial (baseline): Identificar puntos críticos (balsa, distribuidores, boquillas, zonas de estancamiento) y registrar condiciones operativas. ASHRAE y CDC recomiendan un plan documentado que identifique peligros y medidas preventivas.
  2. Tratamiento químico y físico: Programas controlados de biocidas, control de pH, control de dureza y aditivos anticorrosivos. La selección y dosificación deben ser realizadas por un proveedor o especialista en tratamiento de aguas con protocolos escritos.
  3. Purgas (blowdown) y ciclos de concentración: Mantener la conductividad y sólidos disueltos dentro de parámetros que eviten incrustaciones y favorezcan la eficiencia térmica. La frecuencia de purgas se define por mediciones (conductividad, TDS) y no por calendario fijo.
  4. Inspecciones y limpieza programada: Limpieza periódica de balsa, panales, boquillas y elementos de distribución; eliminación de biofilm y sedimentos. La documentación de actividades es obligatoria para trazabilidad y auditoría.
  5. Monitorización y registros: Temperatura del agua, turbidez, pH, conductividad, dosis de biocida y registros de mantenimiento. Los registros son la primera línea de defensa en una investigación sanitaria.
  6. Protocolos ante hallazgos o brotes: Procedimientos claros para corte de servicio, limpieza intensiva, muestreo microbiológico y comunicación a autoridades si procede.


Buenas prácticas operativas (checklist práctico)

  • Etiquetar claramente puntos de toma de agua potable y puntos de make-up.
  • Mantener el agua por debajo de 20 °C o por encima de 50 °C cuando sea viable desde el proceso (aunque no siempre es posible).
  • Usar tratamiento residual de biocida y alternar tipos para evitar resistencia.
  • Realizar purgas basadas en mediciones de conductividad (TDS) y ciclos de concentración objetivos.
  • Limpiar y desinfectar antes de re-entrada en servicio tras paro prolongado.
  • Realizar muestreos microbiológicos periódicos según protocolo local/nacional.
  • Mantener registros digitales y alarmas (IoT/BMS) para parámetros críticos.


¿Cómo optimizar consumo de agua sin comprometer seguridad?

  1. Aumentar ciclos de concentración (controlado): más ciclos implican menos make-up pero mayor riesgo de incrustación si no se controla. La solución técnica pasa por tratamiento químico eficaz y monitorización.
  2. Recuperación y reutilización parcial: cuando el proceso lo permite, tratar corrientes de blowdown para reutilizarlas en otras fases (no aplica en todos los casos).
  3. Automatizar purgas y dosificaciones: sensores de conductividad y control automático reducen errores humanos y optimizan tiempos.


Documentación y cumplimiento normativo

En muchos países existen guías y requisitos específicos para torres de refrigeración y condensadores evaporativos (por ejemplo, la Guía técnica española y el Real Decreto relacionado con legionella). Seguir ASHRAE Standard 188 y las guías prácticas del CDC es una buena práctica internacionalmente aceptada para demostrar diligencia y control.


FAQs (Preguntas frecuentes con respuesta técnica)

1. ¿Cada cuánto se deben hacer análisis de Legionella en una torre?
No hay un único intervalo universal; depende del riesgo y la normativa local. Como práctica prudente, muchos programas recomiendan muestreos trimestrales o semestrales en operación normal y muestreos adicionales tras intervenciones (limpieza, paradas, fallos). Lo crucial es que los muestreos estén definidos en el plan de gestión de agua y que la frecuencia sea proporcional al riesgo identificado.

2. ¿Qué indicadores debo monitorizar para decidir purgas?
Los indicadores clave son conductividad (o TDS), pH, temperatura y niveI de biocida residual. Programar purgas por conductividad (o por ciclos de concentración calculados) es la práctica técnica correcta. Evitar purgas por calendario fijo sin datos.

3. ¿Puedo eliminar totalmente el riesgo de Legionella?
No se puede “eliminar” el riesgo por completo, pero sí gestionarlo hasta niveles aceptables mediante un programa documentado: diseño correcto, tratamiento químico, limpieza, muestreo y respuesta rápida. ASHRAE y CDC definen controles que reducen la probabilidad de brotes si se aplican correctamente.

4. ¿Qué ocurre si detecto Legionella en muestras?
Activar el protocolo definido: informar a las autoridades si la normativa lo exige, proceder a una limpieza/desinfección intensiva, revisar tratamiento y operación, aumentar frecuencia de muestreo, y considerar parada del equipo si el riesgo es alto. Consultar a un laboratorio acreditado y a especialistas en tratamiento de agua.

5. ¿Qué papel tiene el mantenimiento predictivo y la digitalización?
Fundamental: sensores en línea (temperatura, conductividad, pH) con alertas reducen tiempos de respuesta y permiten optimizar dosificaciones y purgas. Los registros electrónicos facilitan auditorías y justificación ante autoridades.


Conclusión — medidas prácticas que puedes aplicar hoy

  1. Elabora y documenta un plan de gestión del agua adaptado a tu instalación (riesgo, cronograma de muestreos, parámetros).
  2. Implementa monitorización básica (temperatura, conductividad, pH) y ajusta purgas por datos reales.
  3. Contrata un servicio de tratamiento de aguas con protocolos escritos y certificados.

Aplicar estas medidas protege a las personas, mejora la eficiencia operativa y reduce riesgos regulatorios. Si quieres, puedo convertir este contenido en un checklist descargable y un plan de muestreo estandarizado para tu equipo de mantenimiento.


Fuentes principales consultadas

  • CDC — Controlling Legionella in Cooling Towers (Toolkit). CDC+1
  • ASHRAE — Standard 188 / Guideline 12 (Legionellosis risk management and building water systems). ashrae.org+1
  • MITECO (España) — Guía técnica de torres de refrigeración (RITE). Transición Ecológica